Así se llama el nuevo editorial de Zara Home: Dear September. No recomiendo ir a echar un ojo porque las tarjetas de crédito ahora mismo no suelen atravesar su momento más boyante.
Lo que sí que propongo organizar, es una recogida de firmas para mantener la sección de papelería de forma permanente en la web.
El caso es que durante mis años escolares, septiembre sí que estaba en mi top 3, después de agosto y Navidad evidentemente. Los mocasines nuevos, impolutos, con la horma intacta, sin rozaduras ni costuras sueltas. Una tarde en El Corte Inglés eligiendo la agenda perfecta sobre las que mis amigas escribirían notitas y dedicatorias a lo largo del curso, el olor de los libros y los rollos de Aironfix para forrarlos. Los subrayadores de Stabilo (pero en tonos pastel) y el surtido de bolis Pilot V5 en tres colores, las gomas de Milán sin asomo de grafito y por encima de todo: la carpeta con separadores que sería posteriormente forrada con fotos de revistas y el porta tizas rojo (imaginen el nivel de repelencia).
Y ya habrá generaciones que no sabrán de lo que hablo, porque los ordenadores no se pueden forrar y aquello del papel y boli empieza a oler a pergamino y tele en blanco y negro, historias de anciana millennial. Tremendo ramalazo nostálgico encontrame en Pinterest la foto de un estuche de lata.
Con el tiempo la vida escolar pasa, te haces adulto y septiembre deja de ser tan dear para ser más bien nightmare. Sin que te des cuenta agosto se esfuma, se evapora. Y sin ningún tipo de tirita o anestesia, vuelve a sonar el despertador, empieza el baile frenético de los emails, los catch up de teams, los atascos, el cuadre milimétrico de agendas para sobrevivir a la adaptación escolar, resucitan los chats de padres, y el cortisol empieza de nuevo a fluir alegremente.
Lo bueno de tener “adult money”, es que siempre puedes recurrir a la papelería como terapia para paliar el choque.
Entre mis favoritos: unos bolis de Muji gel smooth de 0.5m y la agenda de Charuca con el recambio de semana vista + notas. Aunque llevo un par de años a la caza de una de piel sin suerte en el intento. Acepto sugerencias.
Y como soñar es gratis, EL BOLSO para guardar todo cachivache de oficinista con complejo de colegial, desde el ordenador hasta el paquete de Kleenex por si sucumbes a repentina llorera. En concreto, el modelo Jumbo de la nueva colección de Mercules Rocks.
Entre mis frases estrella se encuentra la de: “ Lo hacemos y ya vemos” seguida de “Me lo compro que para eso trabajo”. Lo de la cuenta bancaria en rojo fluorescente ya lo solucionaremos en otro momento menos dramático.
Que la fuerza te acompañe,
Un beso,
Juana
Las agendas de Notebooks Tracy son la pera